¿Sangre?

Bueno, aqui les dejo un intento de historia jeje espero que les guste, todavía no la termino pero necesito ayuda pues no encuentro un buen final. Porfa diganme si tienen alguna idea, los qiero!!

Una nueva mañana, el sol brillaba como siempre bajo mi ventana. Un nuevo día como cualquier otro de mi vida eterna.
Si, dije eterna.
No, no soy un fantasma, y mucho menos un zombie.
¿No lo adivinan? Les daré una pista: me alimento de sangre humana.
No, no soy un mosquito... Soy una vampira.
Pero no de esas clásicas con colmillos y capas, tengo los ojos verdes, penetrantes; una larga cabellera castaña y mido mas de 1.60. No tengo colmillos, bueno al menos no cuando estoy saciada, pero cuando cazo mis pupilas se dilatan tanto que se vuelven completamente negros, excepto por una pequeña franja verde alrededor. Mis dientes se vuelven tan filosos lo suficiente como para cortar un gran tronco grueso.
Se oye increíble ¿no? Bueno, cambiarías de idea si fueran mi presa…
Vivo sola en un departamento en Malibu, mis padres murieron cuando tenía 5 años y mis abuelos (que me cuidaban) murieron hace dos años. Aparento 18 años y mi nombre es Nicole. Soy el único vampiro que conozco, excepto por…
Olvídenlo me estoy adelantando demasiado, mejor regresemos al verano del 86, ahí fue cuando comenzó mi pesadilla…




Era una mañana brillante, el sol me daba en la cara de camino a la salida de la preparatoria, yo platicaba entretenida con mi amiga Charlotte.
-¿Puedes creerlo?
-Si, asombroso…
-Porque tanto entusiasmo?
-¿Sabes? No me interesa la universidad, lo que quiere es viajar por el mundo.
-Si, como sea. Iras a la fiesta de Hannah?
-¿Esa engreída plástica? No gracias…
-Oh! ¡¡Vamos!! ¡¡Será en la playa!!
-Char, tengo un mal presentimiento de esto…
-Por favor!! Solo porque te avergonzó en 5 año no quiere decir que lo haga de nuevo…
-No es eso… de verdad, tengo un mal presentimiento…
-No seas aguafiestas!! Seguro es el sándwich del almuerzo!! Por favor!!!
-Está bien –dije después de pensarlo un poco.
-Genial!! Verás qe será increíble!
-Claro… -dije no muy convencida
Caminamos hasta la salida, nos despedimos de la directora y dos horas después nos dirigimos a la playa.
Todo estaba decorado tipo luau, había música electrónica y gente bailando en lo que se suponía era una pista de baile.
-Chicas!
Hannah, una chica con el cabello rubio artificial, nariz, mejillas y boca operadas se dirigía hacia nosotras con un horrible vestido naranja chillón sobre su cuerpo, por cierto, lipo-succionado.
-Hannah! –dijo solamente Charlotte
-Es mi fiesta, al menos salúdame... –me dijo fríamente.
-Mira! Ponche!
Me aleje de ellas hasta llegar la fuente de sodas creí que Charlotte me seguiría, pero se quedo muy contenta hablando con la estúpida de Hannah. Me serví ponche y las miré tristemente.
-Ignóralas, no valen la pena –Me dijo una voz masculina
Me volví y encontré a un chico muy apuesto (ojos grises y cabello castaño claro) pero extremadamente pálido. Decidí pensar que era efecto de la luz.
-Si, claro… No debí venir.
-Pero… ya estoy aquí, así que, que puedes que perder?
Me sonrió coquetamente. Le devolví la sonrisa.
-Cómo dijiste que te llamabas?
-John, y no te lo dije.
-Claro… soy Nicole.
Le tendí la mano y me la estrechó.
-Sabes? Tus ojos son hermosos
Se me acercó un poco y me ruboricé. El rió.
-Y tus mejillas, adoro su color.
Se me acercó más. Estábamos a punto de besarnos cuando…
¡BUM! Fuegos artificiales estallaron en el cielo.
-Vamos a un lugar más tranquilo.
Me tomó de la mano y me llevó hacia su coche.
-No estoy muy segura de esto…
-Vamos! no pasara nada!
Arrancó y unos minutos mas tarde estuvimos frente a mi edificio.
-Acaso me sigues?
-Algo así… -contestó sonriendo
Subimos por el elevador en medio de un incomodo silencio. Yo no sabía si preocuparme o no. Llegamos a mi departamento.
-Bueno –le dije –Gracias por traerme.
Me volví, entre y cerré la puerta, o casi lo hice, pues una de sus mano lo impidió entró y me besó como nunca antes alguien me había besado, y valla que había besado… Se separo de mi y dirigió su baca a mi cuello, creí que me besaría pero…
Un dolor agonizante invadió mi cuerpo, los labios de John estaban como pegados a mi cuello y mientras más duraba mas sentía el dolor…
Me soltó y caí al suelo gritando y retorciéndome de dolor. Logré ver a John mirándome con los ojos completamente negros, después todo se desvaneció.
Desperté con el recuerdo del dolor muy fresco, miré la habitación, al parecer no había nadie… mis ojos regresaron unos centímetros y se encontraron con unos grises muy conocidos.



Me paré y me dio vueltas la cabeza, a pesar de eso lo miré fríamente y reclamé:
-Que me hiciste?! Quien eres en realidad?! O mas bien QUE eres?!
-Yo, cariño soy un vampiro. Te mordí.
-Mira que si no me respondes te voy a… ¡¿Qué tu que?!
-Si, soy un vampiro. Te sorprende?
-No en realidad me lo esperaba… -Dije con sarcasmo.
-Enserio?
-Claro que no tarado! Como si encontrarse con un vampiro fuera tan predecible! –Exploté
-Calma, mi amor.
-No me digas ‘’Mi amor’’
-Que acaso no me quieres?
-¡¡No!!
-Eso no parecía ayer…
-Porque no sabía que eras un vampiro!!
-Y ser un vampiro cambia las cosas?
-Si!! No somos iguales!!
-Claro que si linda… ahora tu también lo eres…
-¡¡¡Que!!! –Fui contra el. Lo iba a golpear pero se quitó y caí al piso.
-No gastes todas tus fuerzas, querida, aún eres débil.
Me levante con esfuerzos del piso.
-Y que pasará con mi vida?
-Tu no tienes una vida, cielo, solo habitas la tierra. Tu corazón, no lo sientes?
Me acerqué la mano al pecho y negué con la cabeza.
-Claro que no… tu no vives, solo existes…
Lo miré melancólicamente: era cierto.
-A ver, y que tiene de especial ser un vampiro? O porque me convertiste? –Pregunté tratando de cambiar de tema.
-Estaba muy solo… todas las personas con las que tuve contacto terminaron siento mi almuerzo… -Me sonrió maléficamente
Lo miré extrañada, --como si eso tuviera sentido…-- me dije.
-Eres un sínico –Le dije, pero lo único que logré fue que abriera más su sonrisa.
-Cómo supiste donde era mi casa?
-Te había estado vigilando… sabes? Me puedo convertir en cualquier cosa que quiera…
-Como es eso?
-Oh! No te lo he dicho verdad? Bueno, los vampiros tenemos poderes.
-Y cómo se que poderes tengo?
-Es muy fácil, solo cierra tus ojos y deja tu mente en blanco.
Cerré los ojos con desconfianza y traté de dejar mi mente en blanco. Unos segundos después me vi a mi misma moviendo cosas con la mente, iba a abrir los ojos, pero me vi de nuevo, esta ves controlando el tiempo.
-Genial, tengo telequinesis –El control del tiempo lo guardaría en secreto.
-Muy bien, ahora intenta mover esa silla. –Dijo señalando una silla en el comedor.
La miré fijamente y la imagine moviéndose a la derecha, pero salió volando, rompió la ventana y cayó a la calle.
-Tendrás que perfeccionarlo.
-Si, creo que si… he… oye… tengo una duda. Como se… alimentan los vampiros?
-Con sangre.
-Si, eso ya lo se… pero, como la consiguen?
-Oh, bueno, no es muy agradable al principio sabes? Pero, tienes que matar gente.
-Esta bien… -Dije no muy convencida –Tienes tácticas?
-Claro, una de ellas es como hice contigo…
-Ganarme su confianza?
-Exacto, llevarlos a un lugar alejado y… tu sabes.
-Si, seré una asquerosa asesina…
-No, lo harás para vivir…
-De todas formas mataré.
-Por tu bien.
-Genial, entonces seré una asquerosa y egoísta asesina.
-No lo tomes así.
-Es la verdad… bueno gracias por tu ayuda, creo que seguiré con mi vida de una buena vez.
-Iré contigo.
-Estas loco? Todavía te odio por lo que me hiciste.
-Nos besamos…
-Tu me besaste, pero... si te beso de nuevo me dejaras ir?
-He… Está bien.
Me acerqué a el, que cerró los ojos y se me acercó también. Me imagine el jarrón que tenía en la cocina chocando contra la cabeza de John.
-Ah! –Gritó
-Funcionó! –Grite sin pensar.
-Ah!! Me las pagarás, Nicole!!
-Ups, mira el reloj tengo que irme! Oh! Hablando de tiempo…
No se como le hice pero el reloj se paró y John también. Aproveché para tomar todo mi dinero y salir corriendo del departamento. Iba a tomar un taxi pero todo estaba parado también en la calle. Bajé al taxista, me subí al coche y lo arranqué –Genial—pensé: si se había puesto en marcha.
Manejé hasta llegar a Los Ángeles (tuve que regresar el tiempo a la normalidad porque los coches no me dejaban pasar). Me estacioné frente a un lujoso hotel, tenía suficiente dinero para quedarme ahí hasta encontrar un departamento. Subí a la suite que pedí y me tiré en la cama. Tenía muchas cosas que pensar: Me encontraría John? Donde viviría de ahora en adelante? Cómo me alimentaría? Bueno, esa no era la cuestión sino mas bien: De quién me alimentaría? Podría matar gente mala… pero, donde la encontraría? Tal ves gente pobre… no. No era capaz de matar a nadie.
Al cabo de un rato me quedé dormida sobre las cobijas y con la ropa puesta.
Desperté sobresaltada en la madrugada, tenía la extraña sensación de que alguien me observaba. Miré hacia todos lados, pero no vi a nadie. La luz seguía prendida pero la dejé así, me senté recargada en la cabecera de la cama y volví a quedarme dormida.


Desperté a la mañana siguiente adolorida por la posición en que dormí. Me bañé, me vestí y salí del hotel a buscar un departamento, y tal vez un trabajo.
Después de unos minutos encontré un enorme edificio enfrente de un gran centro comercial. Entré a ver al dueño, quien me rentó una lujosa habitación de inmediato. Después de ahí fui a comprar ropa. Regresé al hotel por las cosas, pagué la suite y me dirigí a mi nuevo hogar. Dejé las cosas y fui a buscar empleo.
Encontré una cafetería llamada ‘The Angels Place’ a unas cuadras de ahí. No solicitaban trabajo pero rogué hasta que me dieron el puesto de mesera.
-Puedes empezar recogiendo los trastes de la mesa 5 –Me dijo el jefe.
Recogí los platos y los llevé a la cocina. Ya iba a dejarlos en el fregadero cuando choqué con un chico, caí hacia atrás y rogué por que los platos estuvieran intactos. Así era. El chico los tenía en la mano derecha, en la izquierda llevaba un vaso y me sonreía abiertamente.
-Buena atrapada -dije levantándome
-Buena caída, aunque no me gustó mucho el aterrizaje… -Me sonrió –Bienvenida, soy Carter. Y… era broma lo de la caída.
-Si, lo sospechaba… soy Nicole –Dije estrechándole la mano.
Carter tenía los ojos color miel, cabello castaño obscuro y una sonrisa tentadora.
-Hace mucho que buscabas trabajo?
-Hace 10 minutos creo.
Carter rió por lo bajo. Yo le sonreí.
-Sabes? En 5 minutos es mi hora libre, quieres venir a tomar algo?
-Acabo de empezar, no quiero arruinarlo escapándome.
-No te escaparas, vendrás conmigo…
10 minutos después nos encontrábamos en un restaurante llamado ‘The Good Way’ comiendo asado y papas fritas. La comida de humanos no me sabía nada bien, sentía como si estuviera comiendo papel, pero no era tan estúpida para hacer cara de asco; solo masticaba y decía que sabía delicioso.
-Cuéntame más de ti –Me dijo –De donde vienes, cuantos años tienes, bla bla bla…
-Vengo de Malibu, y tengo 18 años. Te toca.
-Nací aquí y tengo 19.
Algo en la mirada de Carter me hiso recordar a John… Pero no era posible… Un pensamiento me invadió la mente: sangre. Veía sangre en mi mente y si que me gustaba esa escena… tanto que no podía resistir… no podía… el deseo se iba apoderando de mi…
-Tengo que irme –Apuré
-Que? Por que?
-Tengo que hacer cosas… ya sabes… acabo de mudarme.
-Si, claro… nos vemos mañana en el trabajo –Dijo algo decepcionado.
-Si, adiós.
Salí a toda prisa del lugar. El pensamiento me invadía la mente y no me dejaba pensar en otra cosa mas que sangre. –Contrólate!!—me dije.
El deseo se hiso mas intenso, y la recomendación de John me vino a la mente. Vi a un chico de mi edad pasar frente a mi departamento. ‘El’ me dijo mi subconsciente. Inconscientemente fui detrás de el y le impedí el paso.
-Hola!- Dije con mi más linda sonrisa.
-Hola- dijo el chico extrañado.
‘Gánate su confianza!’ me dijo mi subconsciente.
-Tengo una pregunta: ¿Sabes conectar todos esos cables para la tv? Porque me acabo de mudar y no tengo idea donde va cada cable… -Dije tratando de sonar inocente.
-Claro! Si, yo se de eso.
-Genial! Em… vamos a mi habitación? –Dije señalando el edificio –Ahí esta la tv. –Sonreí.
-Si, claro.
Subimos las escaleras hasta mi cuarto, abrí con la llave y detuve el tiempo. Me acerqué a la tv, desconecte todos los cables, los desordené, volví al lugar donde estaba y regresé el tiempo a la normalidad.
-Ahí está –Dije señalando la tv.
-Oh! Si, es toda una revoltura.
Tardó unos 10 minutos arreglándola. Mientras yo cerré la puerta con seguro.
-Listo –Dijo cuando hubo terminado.
-Muchas gracias… -Dije dulcemente –Cómo puedo pagártelo? –Me acerque a el hasta que quedamos a centímetros de distancia.
-N n… no hace falta –Tartamudeó.
-Enserio… quiero recompensarte… -Dije acercándome más a el, cerró los ojos y detuve el tiempo para que no sintiera dolor. Encajé mis dientes en su cuello. La sangre inundó mi boca y un delicioso sabor mi paladar; después de unos minutos ya no tuve de donde tomar. Miré al chico, muerto, y me dieron unas ganas terribles de regresar el tiempo. Con mucha fuerza de voluntad dejé el tiempo como estaba, quemé el cuerpo del chico y, cuando ya no hubo evidencia, regresé el tiempo a la normalidad.
Me sentía saciada, pero terriblemente mal.



Pasaron varios meses y me acostumbré a eso de la sangre. Me alimentaba de delincuentes, así que no me sentía culpable. También en esos meses me fui acercando más a Carter, hablábamos, reíamos, bromeábamos… cada vez que hablaba con el me sentía maravillosamente bien: estaba enamorada.
-Cuantos novios has tendido? –me preguntó un día lluvioso.
-Eso no importa… -Dije mirando el mantel de el restaurante al que me había llevado.
-A mi me importa –Dijo tomándome la mano.
-Tres, y fueron un fracaso.
-Oh, bueno; ahora se porque estás así.
-Perdón?
-Bueno, tu sabes… eres un poco… no se… rara.
-Me voy de aquí –Dije levantándome
Salí a la calle y la lluvia me golpeó el cuerpo y la cabeza empapándome toda.
-Nicole!
-No me hables! –grité –Ni siquiera me mires!
-Perdón! No quise lastimarte!
-Demasiado tarde.
-Es que, no me dejaste terminar.
-Claro que no! Con eso fue suficiente!
-Lo que iba a decir era que eres rara, pero eso es lo que más me gusta de ti.
-Qué?
-Nicole, te amo.
Antes de poder reaccionar nuestros labios (mojados, por cierto) se rozaban con un tierno beso. La lluvia me mojaba la ropa y el cabello, pero no me importó. En ese momento solo existíamos el y yo. Nadie más.

-No quiero despedirme… -Me dijo en su coche camino a mi apartamento.
-Pues no te despidas… -Dije algo ofendida.
-Vamos a mi casa.
-Perdón?!
-No me malinterpretes!, es solo que no quiero alejarme de ti
Acepté.
Después de unos minutos llegamos a una enorme casa de 3 pisos. Entramos y nos sentamos en la sala.
-Algo de tomar? O comer?
-No gracias –Dije algo cohibida
La noche era hermosa y estrellada, la luna iluminaba mi regazo a través de la ventana abierta.
-Qué hay en el tercer piso?
-Nada –Dijo inmediatamente
-No confías en mi?
-Si, pero es un secreto. Acaso tu no tienes un secreto que no le quieras contar a nadie?
Deje de insistir: Tenía uno, y era muy grande.
-Y, de que más quieres hablar? –Me preguntó
-No lo se, tu eres el que no quería despedirse
-Cierto, quieres jugar algo?
-Algo como qe?
-No lo se… verdad o reto?
Pasamos varias horas preguntándonos cosas como ‘Cuál es tu peor temor?’ o ‘Cuál es tu mejor talento?
-Qué es lo que más te gusta de mi? –Pregunté
-Tus ojos, tu boca, tu sonrisa… -Se acercó a mi y quedamos a tan sólo dos centímetros de distancia –La forma en que me miras –Prosiguió –Tus besos, adoro cuando te enojas, me encanta cuando ríes…
-Bésame –Susurré

Los siguientes 2 meses fueron de ensueño: nos veíamos todos lo días en el trabajo y después de ahí íbamos a cenar a algún lugar.
-Un Martini, por favor –Pedí una ves en un lindo restaurante.
-Ya te dije que te amo?
-Si, un millón de veces.
-Bueno, te amo.
Sonreí y llegó mi Martini.
-Puedes ir por una servilleta? –Me pidió Carter
-Claro
Me paré y fui hacia donde estaban las servilletas, agarré tres y volví a mi lugar.
-Listo –Se las di
-Gracias
Le di un traguito a mi Martini y me sentí algo mareada. Le di otro y así hasta acabármelo.
Todo se iba volviendo borroso poco a poco…
-Carter, no me siento bien… podemos irnos?
-Si, vamos
Apenas salimos del restaurante todo se volvió negro y el piso de la calle fue lo último que logré ver.
Desperté en una especie de bodega amarrada a una silla de los pies y las manos. Pensé en Carter, lo habrían atrapado también?
-Carter? –Llamé.
Nadie contestó. En ves de eso apareció de la nada un rostro muy familiar, pero con una expresión que nunca había visto en mi vida



Era diabólica y de gozo.
-Carter?
-Carter? –Me arremedó
-Carter que pasa? –Pregunté asustada
-Bienvenida a mi ático
-Carter por qué estoy aquí?
-Venganza, dulce y exquisita venganza.
-Qué?
-Porqué a John no lo trataste igual? Porqué no lo amaste?!
-Tu que sabes de John?
-CONTESTA!
-No lo se! Estaba enojada con el! Ahora tu contéstame!
-El único que hace las preguntas aquí soy yo cariño
Lo miré suplicante.
-Tus asquerosamente hermosos ojos no servirán de nada esta vez
Tenía que encontrar la forma de salir de ahí.
-Carter…
-Carter, Carter, Carter… no lo entiendes tarada? No soy Carter! Carter no existe!
La cara de el supuesto Carter se empezó a deformar como si se estuviera derritiendo, hasta que se transformó en...

-John! -Grité